martes, 27 de marzo de 2012

LOS NECESARIOS EQUÍVOCOS DE TABUCCHI


Despedimos en estos días a Antonio Tabucchi, el escritor italiano que soñaba en portugués, investigador del reverso imprevisible de la realidad, viajero de un tiempo siempre paradójico, inventor de recuerdos y misterios, fingidor de la estirpe de Borges y Cervantes, escrutador de la alteridad y el lado nocturno de los espejos, maestro de brevedad y sutileza. Sostuvo también, hasta el final, la ineludible necesidad de un comportamiento ético en un mundo hechizado por las sucias ficciones del poder.

En su amada ciudad blanca su voz se mezclará para siempre con las muchas voces de su compañero Pessoa.

Mastroianni en Sostiene Pereira
Escuchar a Dulce Pontes en "A brisa de coraçao", compuesta por Morricone para la película Sostiene Pereira, dirigida por Roberto Faenza (1996) y basada en la obra de Tabucchi 



"Los barrocos amaban los equívocos. Calderón y otros como él elevaron el equívoco a metáfora del mundo. Supongo que les animaba la confianza de que, el día que despertáramos del sueño de estar vivos, nuestro equívoco terrestre quedaría finalmente aclarado. Les deseo que no hayan encontrado un Equívoco sin apelación. Esto, de todos modos, ya se verá.
También yo hablo de equívocos, pero no creo amarlos; soy más bien propenso a descubrirlos. Malentendidos, dudas, comprensiones tardías, inútiles lamentaciones, recuerdos tal vez engañosos, errores tontos e irremediables: las cosas fuera de lugar ejercen sobre mí una atracción irresistible, casi como si fuera una vocación, una especie de pobre estigma desprovisto de sublimidad. Saber que se trata de una atracción recíproca no me sirve precisamente de consuelo. Podría consolarme la convicción de que la existencia es equívoca por sí misma y que nos distribuye equívocos a todos, pero creo que sería un axioma, tal vez presuntuoso, no muy distinto de la metáfora barroca."

Tabucchi, Antonio. De la nota preliminar a la colección de cuentos Pequeños equívocos sin importancia, Anagrama, 1987.

lunes, 26 de marzo de 2012

COLOR Y RITMO DEL TRANSIBERIANO

Dios y el Diablo son mis juguetes favoritos
B. Cendrars

Blaise Cendrars presentó en el París de 1913 lo que calificó de “primer libro simultáneo”, La Prose du Transsibérien et de la Petite Jehanne de France, un largo poema en prosa impreso sobre una banda de papel plegado e iluminado por la artista de origen ucraniano Sonia Delauny.

Frédéric-Louis Sauser, díscolo retoño de una acomodada familia suiza, eligió un pseudónimo que cuadraba bien a su naturaleza de indomable Fénix, una forma de entender la vida y el arte como perpetuo ciclo de resurrección y cenizas. Apicultor, vendedor de joyas, actor, fogonero, cazador de ballenas, pianista, cargador de matadero, peón agrícola, empresario exportador… fueron algunos de los múltiples oficios que este titán desempeñó a lo largo de su tumultuosa vida. 

Hizo de la aventura su lema vital y literario; conoció muchos países y escribió de todo: novelas, cuentos, poemas, guiones de cine, crítica cinematográfica, reportajes literarios, libros de viajes, casi un centenar de títulos recogidos en ocho gruesos volúmenes por la editorial Denoël a partir de 1960. Quizá esta multiplicidad llevara a su amigo Henry Miller a definirlo como “un hombre compuesto de muchas partes”, autor profuso de libros diferentes, frecuentador incansable de exóticos paisajes y puertos canallas, pionero de la experimentación literaria, y ante todo, furioso amante de la vida y su caudal inagotable de experiencias.

Retrato de Cendrars por Modigliani, 1917
Retrato de Cendrars por Modigliani, 1917

Cendrars fue testigo de primera línea de los convulsos acontecimientos de su época, desde el “domingo rojo” en que alboreó la revolución rusa al  horror de la  Primera Guerra Mundial, en cuyas trincheras perdió el brazo derecho. En el París efervescente de las vanguardias artísticas, las revolucionarias propuestas del cubismo atrajeron la atención de los nuevos poetas. Cendrars se relacionó con los principales artistas del momento: Picasso, Chagall, Léger, Modigliani, Braque, Gris, Brancusi, Soutine, y se convirtió en adelantado innovador de una poética que intentaba trasladar a la palabra la complejidad plástica del simultaneísmo.

Sus Diecinueve poemas elásticos (escritos en su mayoría en 1913 y publicados en 1919), supondrán un canto al movimiento perpetuo, a la vorágine de un mundo en continua transformación que saluda la nueva red de comunicaciones internacionales, el telégrafo, los viajes transoceánicos, los partes meteorológicos y el desafío de la Torre Eiffel. “No debemos olvidar que no sólo el presente, sino también el pasado está en continuo movimiento, que todo lo que ha vivido aún vive, cambia, se convierte, se traslada, se transforma, y la realidad se contradice a sí misma cien veces al día como la vieja charlatana que es”, dice este aprendiz de relojero que comprendió pronto la engañosa utilidad del oficio.

Cendrars habita un mundo en el que Einstein formula su teoría de la relatividad, Bergson concibe el ahora como una gota del fluir ininterrumpido del tiempo y Freud destruye la ilusión de una conciencia fiable. En el arte, Marinetti predica un nuevo dinamismo que reclama una poesía multiplicadora de imágenes y analogías simbólicas; Wyndham Lewis intenta atrapar el “vórtice” o remolino donde anidan las emociones; Tzara proclama su doctrina de intemporalidad y contradicción, defendiendo la imperfección del caos y el absurdo dadá; en el aire se mezclan el rugir de los aeroplanos, el ritmo sincopado del ragtime y el informalismo de Satie.

En 1912 se publica Pâques à New York, que Apollinaire celebró como el mejor poema de la década. La popularidad abre a Cendrars las puertas de los círculos intelectuales parisinos y le permite cultivar la amistad de numerosos artistas, entre ellos los esposos Robert y Sonia Delanuny. Con Sonia, además de compartir su cocina y las conversaciones en ruso, emprendió este experimento artístico, La Prosa del Transiberiano, un intento de traducir con la doble paleta de verso y color el vértigo de su tiempo.

Cantante flamenco, de Sonia Delauny, 1915
Cantante flamenco, de Sonia Delauny, 1915 

Guillaume Apollinaire bautizó con el nombre de Orfismo a la nueva tendencia de abstracción colorista que, disintiendo de las filas del cubismo, tuvo entre sus abanderados a la pareja de los Delauny. Sus creadores prefirieron el nombre de simultaneísmo para referirse a una propuesta que, en un intento superador de los hallazgos impresionistas, a los que suman las innovaciones cubistas y futuristas, investiga en el espacio y el movimiento a partir de la yuxtaposición e interrelación del color. 

Como la propia Sonia –Terk de soltera reconoció, la historia ha reservado a Robert Delauny un importante papel como pionero de la abstracción en el pasado siglo, prefiriendo para ella la adscripción a las artes decorativas. La vinculación de la pareja con España es importante, pues aquí se refugiaron tras el estallido de la Primera Guerra Mundial y vivieron en diferentes ciudades hasta 1921, trabando amistad con artistas e intelectuales como Ramón Gómez de la Serna y Guillermo de Torre. Sonia colabora con los Ballets rusos de Diaghilev, abre  tiendas de interiorismo y diseña cubiertas de libros, sombrillas, vestidos y carrocerías de coche según los principios del simultaneísmo. Tras su retorno a París, colaboró con artistas dadaístas y surrealistas en la producción de espectáculos teatrales y cinematográficos como Le P’tit parigot, de René Le Somptier. En la década de los treinta se relacionó con grupos como Abstraction-Création o Cercle et Carré y fue uno de los miembros fundadores del Salon des Réalités Nouvelles. Tras la muerte de su marido en 1941, continuó trabajando en su propia producción y dedicando su esfuerzo a la preservación y difusión de la obra de aquél. Con el tiempo acabó recibiendo un merecido reconocimiento por sus propias aportaciones pictóricas y  en 1964 se convertirá en la primera mujer en ver su obra expuesta en el  Museo del Louvre.


Fragmento de La Prosa del Transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia

Pero volviendo a su colaboración con Cendrars, La Prosa del Transiberiano representó un hito en ese intento de conjugar las innovaciones que en literatura y pintura desbordaron el panorama artístico de la primera mitad del siglo XX. Los incendiarios versos de Cendrars se acoplan a la textura luminosa de los colores de Sonia Delauny y al sorprendente juego tipográfico para crear una obra diferente, metáfora de la inconformista, trepidante y fugitiva locomotora que lanzó el arte por caminos intrasitados.

Los 150 ejemplares que se pensaron para el tiraje original, cuya extensión total sumaría la altura de la Torre Eiffel, nunca llegaron a completarse, dado el elevado coste de los pochoirs artesanales. Pero es posible disfrutar de un bello facsímil que la Universidad de Yale publicó en 2008 a partir de un ejemplar de la Beinecke Rare Book and Manuscript Library, que viene acompañado de traducción y notas en inglés. Y los fetichistas del arte literario pueden contemplar estos días en Madrid, dentro de la exposición que el Prado dedica a las colecciones del Hermitage, un original con sus dos metros desplegados de acordeón poético, una emocionante sinfonía de color, palabra y movimiento.


Cendrars, Blaise; Delauny, Sonia. La Prose du Transsibérien et de la Petite Jehanne de France. Beinecke Rare Book and Manuscript Library, Yale University Press, 2008.

miércoles, 21 de marzo de 2012

ESPEJO DE UNA PREGUNTA


Hoy se celebra el Día Mundial de la Poesía. En solidaridad con un pueblo al que no permiten  paz ni argumentos para conmemorarlo, leamos las palabras de uno de sus hijos, el poeta de origen sirio Adonis



Ilustración de George Grie
Ilustración de George Grie 



ESPEJO DE UNA PREGUNTA 

Pregunté y me dijeron: 
la rama cubierta de fuego es un pájaro, 
y me dijeron que mi rostro era una ola 
y el rostro del mundo espejos, 
suspiros de marinero y faro. 
Y vine. 
Tinta era el mundo en mi camino 
y cada estremecimiento una frase. 
No sabía que entre nosotros 
había un puente de hermandad, 
de pasos de fuego y profecía. 
No sabía que mi rostro 
era un barco navegando en una chispa.


Adonis. Árbol de Oriente: Antología poética, 1957-2007. Madrid: Visor, 2010. Traducción y prólogo de Federico Arbós. 456 p.

lunes, 19 de marzo de 2012

PRIMAVERA

La estación de la flor del ciruelo. Ella du Cane
La estación de la flor del ciruelo. Ella du Cane

Al que la corta
le otorga su perfume:
flor de ciruelo


jueves, 15 de marzo de 2012

MI RACIÓN DE ALEGRÍA

Venus Verticordia. Dante Gabriel Rossetti (1868)
Venus Verticordia. Dante Gabriel Rossetti (1868)


MI RACIÓN DE ALEGRÍA

Defiendo la alegría,
la precaria, amenazada,
difícil alegría,
al raso, limpia, en cueros,
mi ración de alegría.
No me arrastréis al pozo
de las verdes culebras.
No os arrojo a la cara mi alegría,
os la tiendo tan sólo
como una débil luz, como una mano.
No es ningún baluarte
ni ningún ofensivo privilegio,
es mi único utensilio cotidiano,
mi tela de labor.
No tengo otra bandera
y ostenta unos colores ya un poco desteñidos;
mirad que la levanto a duras penas,
contra viento y marea,
sin sombra alguna de provocación.
Es parcela pequeña, minifundio,
terreno sin cercados ni aparceros
que aro, riego y abono por mí misma,
con fe, de sol a sol.
Tomad el pobre o rico,
el cuestionable fruto que desde ella os ofrezco,
pues sólo desde aquí
os consigo mirar, ayudar, entender,
poner tal vez en claro alguna cosa.
No me la reprochéis ni adobéis de negrura
como un reducto inmundo, segregado;
ved que no la defienden ni pinchos ni alambradas
y que podéis pasar aquí conmigo al sol.
No me arrastréis al pozo
de las verdes culebras.

Para Carmen Medina, la más alegre de todas, que ya no celebrará otro cumpleaños.

Martín Gaite, Carmen. Poemas. Barcelona: Plaza y Janés, 2001. Ed. y prólogo de Alberto Pérez 

EL SUEÑO DE UN HOMBRE RIDÍCULO



Fiódor Dostoyevski escribe en 1877 el relato El sueño de un hombre ridículo, cuando ya han visto la luz alguna de sus novelas fundamentales: Humillados y ofendidos (1861), Memorias del subsuelo (1864), Crimen y castigo (1866), El idiota (1869) o Los endemoniados (1872). En todas ellas toma el maestro ruso la naturaleza humana como materia primigenia de su indagación, escrutando los resortes de la psicología y las torcidas sendas de la espiritualidad, profundizando en ese “hombre subterráneo” que se mueve entre la culpabilidad y la purificación por el dolor, recorriendo junto a sus personajes los miserables callejones de un mundo radicalmente injusto.

El protagonista de este relato es una especie de Raskolnikov, desesperado nihilista, que nos cuenta en primera persona la historia de una profunda transformación. Cuando está preparando su suicidio cae en una especie de ensoñación o trance que le transporta a un  mundo edénico donde los hombres viven en un estado de naturaleza, instalados -inocentes y felices- en un presente puro. Como señala Reinhard Lauth (1981) son evidentes las conexiones del discurso roussoniano con la descripción de la corrupción humana que desgrana Dostoyevski en la parte V de su relato: la capacidad de reflexionar escindió al hombre del dominio natural de sus necesidades, le enseñó las Artes y las Ciencias y también los extraviados caminos de la avaricia y la crueldad, entregándole al sueño del progreso y la devaluación de la Virtud.

Pero la culpa de la desgracia humana no recae para el autor ruso en haber comido del árbol del conocimiento, sino que -como dice el stárets Zosima, en Los hermanos Karamazov- "Cada uno es culpable por todos y por todo”, cada uno de nosotros, al igual que este “hombre ridículo”, ha corrompido a la humanidad.

Resalta también Lauth los vínculos entre el discurso de Dostoyevski y el concepto de “intuición intelectual” del filósofo trascendental Fichte, pero el cristianismo de Dostoievski le empuja a ir más allá y a plantearse la posibilidad de redención desde el estado de maldad. El hombre ridículo confiesa amar más profundamente a sus criaturas pervertidas: “La tierra que ellos habían profanado se me volvió más querida que anteriormente el Paraíso, y eso únicamente porque en ella había aparecido el sufrimiento." 

La compasión ante el sufrimiento de los otros enfrenta al hombre con la culpa propia y la imposibilidad de recobrar la inocencia. Pero es también este conocimiento trascendente el que señala el camino de una expiación liberadora. Y el que esta verdad sea revelada -como en el presente relato- a través de los mecanismos inconscientes del sueño, no la despoja de una fuerza incontestable que ningún razonamiento podrá contravenir.

Una magnífica ilustración de feliz correspondencia entre literatura, cine y pintura puede disfrutarse en  el corto de animación que sobre este relato de Dostoyevski realizó en 1992 el exquisito  Alexander Petrov. Aunando la pintura al óleo y las modernas técnicas de animación, su excepcional trabajo -premiado en el festival de cine de Ottawa- nos desvela entre la impronta romántica, el trazo de Manet y los monstruos de Goya un impresionante fresco móvil del universo de su inmortal compatriota.

Fotograma de El sueño de un hombre ridículo


Dostoyevski, Fiódor. El sueño de un hombre ridículo. Áltera, 2007. 249 p.

lunes, 12 de marzo de 2012

LA REBELDÍA DE CAMUS

"La revolución consiste en amar a un hombre que no existe todavía. Pero el que ama un ser viviente, si lo ama verdaderamente, no puede aceptar morir más que por aquél"
A. Camus. El hombre rebelde


El Centro Andaluz de Teatro ha querido participar en las celebraciones del bicentenario de la Constitución de 1812 (“La Pepa”), con su puesta en escena de la obra de Albert Camus, El Estado de sitio. Estrenado el pasado 10 de enero en el Gran Teatro Falla de Cádiz, el espectáculo ha podido disfrutarse hasta el 3 de marzo en diversas ciudades andaluzas, concretamente en Málaga entre el 23 y 26 de febrero pasado dentro de la programación del teatro Cánovas.

Son muchas las conexiones de Albert Camus con nuestro país: las raíces menorquinas de su familia materna, sus numerosos actos y escritos de apoyo a la causa republicana, por los que recibió el título de comendador en la Orden de la Liberación de España, y su reconocida admiración por nuestra literatura, de la que realizó entre otras las adaptaciones de El Caballero de Olmedo, de Lope de Vega, y La Devoción de la Cruz, de Calderón.

Ante la cruenta represión de la rebelión minera en Asturias en 1934, Camus puso en escena con su compañía L’Equipe, La Révolte des Asturies (La rebelión de Asturias), cuya representación fue pronto prohibida por unos contenidos que las autoridades del momento consideraron altamente subversivos. 

María Casares
 María Casares, musa de Camus 

En L'État de siège (El Estado de sitio), Camus sitúa la acción en un legendario Cádiz, la misma ciudad que sufrió el duro asedio de las tropas francesas entre 1810 y 1812, y durante el que las Cortes Generales promulgaron una nueva Constitución frente al absolutismo monárquico, verdadero hito democrático y liberal en la Europa de la primera mitad del siglo XIX.

El estreno de la pieza de Camus tuvo lugar el 27 de octubre de 1948 en el teatro Marigny de París, con vestuario y escenografía a cargo de Balthus, música de Arthur Honegger y dirección de Jean-Louis Barrault, que también formó parte del elenco de actores junto a la compañera sentimental de Camus, la actriz española María Casares, musa del existencialismo francés. La pretensión de “espectáculo total” del autor queda bien reflejada en el prefacio de la obra, en el que escribe: “No se trata de una pieza con una estructura tradicional sino de algo cuya ambición manifiesta es la de combinar todas las formas de expresión dramática, desde el monólogo lírico, hasta el teatro colectivo, pasando por la pantomima, el simple diálogo, la farsa y los coros”. El resultado es una mezcla de tragedia griega y auto sacramental que desarrolla el universo de La Peste y supone un apasionado alegato en favor de la libertad, el amor y la confianza en el espíritu rebelde del hombre frente al acoso de la tiranía y sus flagelos.


Un momento de la representación de El Estado de sitio 

Con dramaturgia de Juan García Larrondo,  música de Antonio Meliveo, dirección de José Luis Castro, y un notable reparto encabezado por Antonio Dechent, Esther Ortega, Luis Rallo, Celia Vioque y Juannma Lara, la puesta en escena del CAT es fiel a esa concepción múltiple del original. El fruto del diálogo entre texto, música y efectos audiovisuales consigue recrear magníficamente la opresiva atmósfera de una  isla mediterránea transformada en tenebrosa prisión por el azote apocalíptico de la peste y la muerte. 

La obra desarrolla los temas del universo literario de Camus e incide en la necesidad de luchar para preservar la dignidad, arriesgando incluso la propia vida, frente a la sumisión alienante que impone cualquier Estado dictatorial. La Muerte, una escalofriante funcionaria con estética a lo “Nosferatu”, interpretada espléndidamente por la joven actriz Esther Ortega; la Peste, un cruel y todopoderoso déspota, al que da vida Juanma Lara; y la Nada, un borracho vagabundo en el que Antonio Dechent encarna un furioso nihilismo, funcionan como trasunto alegórico de las fuerzas oscuras que intentan encadenar a los pueblos y los individuos movilizando los resortes del miedo, la ruindad y la insolidaridad humanas. 

El héroe, el joven enamorado Diego/Luis Rayo, consigue traer de nuevo la libertad a un pueblo que se arrastra sonámbulo bajo las consignas paralizantes de la dominación. El arma secreta anida en su corazón, como en el del resto de los hombres: despreciar el miedo y entregarse con pasión a la lucha por una libertad inalienable, “sin apelación”, que debe vivirse en la conciencia –como quería Camus de que si no existe para todos, no existe para nadie. Un arma poderosa que hoy, como siempre, conviene tener presta.  

domingo, 11 de marzo de 2012

NAUFRAGIO INCONCLUSO


Prótasis. Obra de Dino Valls
Prótasis. Obra de Dino Valls



NAUFRAGIO INCONCLUSO

Este temporal a destiempo, estas rejas en las niñas
de mis ojos, esta pequeña historia de amor que
se cierra como un abanico que abierto mostraba a la
bella alucinada: la más desnuda del bosque en el
silencio musical de los abrazos.



Pizarnik, Alejandra. Poesía Completa. Barcelona: Lumen, 2000

martes, 6 de marzo de 2012

MICROFICCIONES: TRASPASO DE LOS SUEÑOS

Imagen de Rafal Olbinski


De pronto dejó de tener pesadillas y se sintió aliviado, pues habían llegado a ser ya una proyección obsedante en las paredes de su alcoba.


Descansando y tranquilo en su sillón de lectura, el criado le anunció que quería verle el señor de arriba.


Como para la visita de un vecino no debe haber dilaciones que valgan, le hizo pasar y escuchar su incumbencia:


–Vengo porque me ha traspasado usted sus sueños.
–¿Y en qué lo ha podido notar?
–Como vecinos antiguos que somos, sé sus costumbres, sus manías y sobre todo sé su nombre, el nombre titular de los sueños que me agobian a mí, que no solía soñar... Aparecen paisajes, señoras, niños con los que nunca tuve que ver...
–¿Pero cómo ha podido pasar eso?
–Indudablemente, como los sueños suben hacia arriba como el humo, han ascendido a mi alcoba, que está encima de la suya…
–¿Y qué cree usted que podemos hacer?
– Pues cambiar de piso durante unos días y ver si vuelven a usted sus sueños.


Le pareció justo, cambiaron, y a los pocos días los sueños habían vuelto a su legítimo dueño.


Gómez de la Serna, Ramón. Caprichos. Madrid: Espasa-Calpe, 1962

jueves, 1 de marzo de 2012

LAS PREGUNTAS DE NERUDA



El Libro de las preguntas es un juguete hecho de interrogantes poéticos, una especie de testamento literario en el que la mirada sorprendida del niño Pablo Neruda juega a despojar al mundo de su corteza multiforme para ahondar en el latido invisible de cada raíz, cada estrella, cada ola.

En este jardín –sobre todo otoñal, sobre todo amarillo conviven las greguerías ramonianas, los anti-poemas de Parra, las lunerías de Lorca y esos bonsáis de la sabiduría que son los haikus. Sus flechas poéticas han colgado de los vagones del metro de Santiago de Chile y sus demandas –margaritas locas se han ofrecido en alguna edición a la lúcida respuesta de otros niños. 

Publicado inicialmente por Losada  en 1974, al año de la muerte del poeta, la primera edición española la hizo Seix Barral en 1977. En el 2006 Media Vaca publicó en nuestro país una preciosa edición con ilustraciones de Isidro Ferrer que ha situado los versos de Neruda en “un teatrillo a medio camino entre La Barraca de Lorca y el circo de Calder”. 
  
Ilustración de Isidro Ferrer
Ilustración de Isidro Ferrer



¿Qué hace una mosca encarcelada
en un soneto de Petrarca?

¿Por qué los árboles esconden
el esplendor de sus raíces?

¿De qué se ríe la sandía
cuando la están asesinando?

¿Quién puede convencer al mar
para que sea razonable?

¿Hay una estrella más abierta
que la palabra amapola?

¿Quién me mandó desvencijar
las puertas de mi propio orgullo?

¿Quién era aquella que te amó
en el sueño, cuando dormías?

Neruda, Pablo. Libro de las preguntas. Valencia: Media Vaca, 2006. Ilustraciones de Isidro Ferrer. 180 p.